Le encuentro más sentido el apego a los recuerdos, porque el pasado es parte de la identidad. En eso sentido, pueden ayudar los objetos. Los cambios pueden producir algo de descontento, de nostalgia. Tal vez es cuestión de producir nuevos recuerdos. Sospecho que el paquete que lleva Fido son algunos de sus libros. ¿Que llevará Fiori?
Considero que el apego a los recuerdos es imprescindible, nos sirve para tener presente nuestras raíces y de ahí, despegar. En cambio, el apego a los objetos suele ser muy peligroso, uno cae en la trampa de asimilarlos con los hechos que se recuerda, con la gente que los tocó, y eso se convierte en un ancla muy pesada que nos impide continuar el camino. Vaya uno a saber qué lleva cada quién!...pero seguro que los tres colaboran por igual acarreando paquetes! =)
La vida no son los artefactos, ni las paredes, ni las cosas de los otros, ni las experiencias en un espacio... Uno va con lo que necesita para seguir y eso es bien poco. Hay personas que se aferran por temor a romper el cordón umbilical y otras que tienen prisa por cortarlo... depende.
En muchas ocasiones un cambio se presenta inprescindible y hasta suele ser sano para poder continuar viviendo, no podemos arrastrar todos los objetos que almacenamos, seria terrible y muy pesado para el alma. Los recuerdos en cambio son imprescindibles, van dibujando nuestra senda vital y nos ayudan a conprender quienes somos. Besos a los tres y feliz mudanza chicos!!!
Le encuentro más sentido el apego a los recuerdos, porque el pasado es parte de la identidad. En eso sentido, pueden ayudar los objetos.
ResponderEliminarLos cambios pueden producir algo de descontento, de nostalgia. Tal vez es cuestión de producir nuevos recuerdos.
Sospecho que el paquete que lleva Fido son algunos de sus libros. ¿Que llevará Fiori?
Considero que el apego a los recuerdos es imprescindible, nos sirve para tener presente nuestras raíces y de ahí, despegar. En cambio, el apego a los objetos suele ser muy peligroso, uno cae en la trampa de asimilarlos con los hechos que se recuerda, con la gente que los tocó, y eso se convierte en un ancla muy pesada que nos impide continuar el camino.
EliminarVaya uno a saber qué lleva cada quién!...pero seguro que los tres colaboran por igual acarreando paquetes!
=)
La vida no son los artefactos, ni las paredes, ni las cosas de los otros, ni las experiencias en un espacio... Uno va con lo que necesita para seguir y eso es bien poco. Hay personas que se aferran por temor a romper el cordón umbilical y otras que tienen prisa por cortarlo... depende.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buena reflexión, Vero!
EliminarGracias por estar siempre cerquita.
=)
En muchas ocasiones un cambio se presenta inprescindible y hasta suele ser sano para poder continuar viviendo, no podemos arrastrar todos los objetos que almacenamos, seria terrible y muy pesado para el alma.
ResponderEliminarLos recuerdos en cambio son imprescindibles, van dibujando nuestra senda vital y nos ayudan a conprender quienes somos.
Besos a los tres y feliz mudanza chicos!!!
Gracias por la visita y los buenos deseos, Lucía!
Eliminar=)