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sábado, 17 de octubre de 2015

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4 comentarios:

  1. Y el optimismo a ultranza, el injustificado, puede tener sus riesgos, es algo que sospecho. Cuando se cae que no está justificado serlo tanto, el choque, la caída en el pesimismo, puede ser algo abrupto.
    Supongo que no se refieren a la estetica oscura, la creatividad para arte sombrío, que tal vez sea algo distinto.
    La depresión es un problema serio, tienen razón.
    Saludos.

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    1. Creo que los chicos hablaban exclusivamente de la depresión psicológica, de la depresión anímica, esa que es tan difícil contrarrestar una vez que ataca, tanto a uno mismo como a terceros. No se me ocurre un ejemplo para visualizar el inconveniente del optimismo excesivo, pero puede que as;i sea. Gracias por acompañarnos, buen fin de semana!

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  2. Yo soy una optimista recalcitrante y solamente le veo ventajas. Ejemplo: sabes que me operaron de un cáncer, me hicieron una mastectomía y me quitaron los ganglios del brazo. Al no correr la linfa y no depurar, el líquido linfático se acumula bajo el brazo y es molesto, incluso, a veces, doloroso. El pasado domingo, estando aquí mi hermana, me dijo:"voy yo a atender al Cuco (el caballo), para que descanses un poco" le agradecí el detalle y me eché a reir, pensando que, cuando ella no está, el trabajo, aun con molestias, me hace olvidar el dolor.
    Eso es, para mi, optimismo: encontrarle el lado bueno incluso a las cosas menos buenas.
    Desgraciadamente, el optimismo y la depresión no dependen de nuestra voluntad. Así nacemos.

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    1. Desde lejos y conociéndote a través del filtro de internet, me animaba a decir que sin lugar a dudas pertenecías a ese bando. Tu anécdota me lo confirma. Me alegra que el optimismo siga corriendo por tus venas pese a la disminución de la linfa. Un beso enorme!

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